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Sogama presenta "Comer si, tirar non", su nueva campaña contra el desperdicio alimentario

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Si el desperdicio alimentario fuese un país, sería el tercer mayor emisor de GEI (Gases de Efecto Invernadero), tras EEUU y China. España es el séptimo país de la UE que más comida desperdicia, con 7,7 millones de toneladas.

A lo largo de la cadena agroalimentaria se pierde entre un 30% y un 50% de alimentos sanos y comestibles que podrían ser aprovechados.

El hogar contribuye al desperdicio alimentario con un 42%, correspondiéndose el resto a las etapas de fabricación (39%), distribución (5%) y restauración (14%).

En los hogares españoles, el 80% de los comestibles desechados se tiran a la basura tal cual se han comprado y el 20% tras su procesado, es decir, son sobras. El 48,1% de los comestibles que se tiran son frutas, verduras y pan fresco.

El Parlamento Europeo ha propuesto reducir en un 30% el desperdicio de alimentos para 2025 y en un 50% para 2030.

QUÉ HACER

- Crea un menú semanal y, en función del mismo, elabora una lista de la compra en la que se incluya únicamente lo necesario.
- Comprueba el estado de la despensa y la nevera, reordena los productos para consumir antes aquéllos con mayor riesgo de acabar perdiéndose y ten presente que los alimentos “feos” tienen las mismas propiedades nutritivas que los “guapos”.
- Diferencia entre fecha de caducidad (momento a partir del cual el alimento puede presentar problemas de seguridad alimentaria y riesgo para la salud) y fecha de consumo preferente (momento a partir del cual el alimento puede sufrir pérdidas de cualidades tales como textura y sabor, pero sin suponer amenaza para la salud).
- Da preferencia a los productos frescos, locales y de temporada. Contribuirás a generar empleo local y a disminuir las emisiones de CO2 derivadas del transporte.
- Ajusta las raciones al número de comensales y, si sobra comida que no vas a poder consumir, reparte el stock entre los invitados.
- Pide las sobras en los restaurantes. No debes avergonzarte por ello. Se trata de raciones que pagas y que te corresponden.
- Congela los alimentos antes de que se estropeen y aprovecha los sobrantes para elaborar nuevas recetas gastronómicas.
- Sé solidario: dona comida en buen estado a bancos de alimentos y organizaciones sociales para ayudar a los más necesitados.
- Si dispones de huerto o jardín, los restos orgánicos no comestibles pueden convertirse en un abono natural con extraordinarias propiedades para el suelo.
- Recuerda: la comida es un bien valioso que no está al alcance de todo el mundo. Respétala, consérvala y compártela, pero jamás la tires.
R.